Permítame que le sugiera no votar en las próximas elecciones al partido con el que más se identifique ideológicamente sino a aquel que considere más democrático. Del mismo modo que desconfiariamos de quién nos enseñase a montar en bicicleta con unas lecciones teóricas y unas ecuaciones escritas en la pizarra, pero que de hecho no supiese él mismo ir en bici, así también cabe sospechar de los partidos políticos que pretenden ser elegidos democráticamente, y presumen de votos, pero ellos mismos no son capaces de practicar la confianza en sus militantes en un ejercicio de transparencia y participación.
En este sentido, el simulacro de «primarias» organizadas por el PSOE-A no sólo es una chapuza sino que gran parte de la militancia socialista lo ha tomado, justamente, como una afrenta. Que el presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE (por cierto, una duplicidad de cargos institucionales y orgánicos que debiera estar prohibido en un sistema democrático que evite la corrupción y la endogamia, en aras de la honestidad intelectual y el decoro ético) simule al lampedusiano príncipe de Salina cambiándolo todo para que todo siga igual, produce bastante vergüenza ajena. Que alguien como Susana Díaz, la ungida por el dedo paternalista del «Boss» (véase la estupenda serie televisiva protagonizada por Kelsey Grammer como ilustración y denuncia del sometimiento al poderoso político de turno, que se comporta como un jefe mafioso más bien que como un líder democrático), se preste a ser una «mujer cuota» con la excusa de un pseudo feminismo partitocrático, dice mucho del grado de degeneración moral de unos políticos profesionales que han trepado en la mediocridad en lugar de en la meritocracia, en el besamanos al gerifalte en vez del servicio público a la ciudadania.
Afortunadamente, Internet ha permitido un espacio no regulado por la censura institucional en el que los que pretenden que haya unas primarias de verdad en el PSOE han tenido oportunidad de expresarse. Con las etiquetas #YoconJoseAntonio (José Antonio Rodríguez Salas, @joseantoniojun) y #MejorConPlanas (Luis Planas Puchades, @LuisPlanas), los partidarios de los candidatos alternativos a la oficialista luchan no tanto por sus legítimas aspiraciones sino para que se abra el horizonte hacia unos partidos con listas abiertas (o listas «cerradas desbloqueadas» para ser más exactos), primarias sin chapuzas y sin pucherazos, financiación transparente sometida a auditorías externas y limitación de mandatos. Si encuentra un partido organizado así, aunque no esté de acuerdo con la mayoría de su programa, vótelo. De otra forma, será usted cómplice de la deslegitimación del sistema y sus quejas serán tan hipócritas como mendaces.