Frente a los recortes de servicios y prestaciones sociales, frente a la desbandada de empresas y aumento de parados, los secesionistas tienen dinero para sus «embajadas», sus fastos y congresos difusores de odio y mentiras. No hay para mantener quirófanos abiertos pero si para los múltiples canales de radio y tv, al servicio del poder; no se pueden mantener maestros pero si embajadores con sueldos de millonarios; no se puede pagar a las farmacias pero sí repartir comisiones…