Muchos artículos he escrito ya acerca de la promoción empresarial en España, pero creo que nunca serán los suficientes. Suficientes para que se cambie radicalmente la mentalidad, y para que se considere a un joven empresario que quiere crear una empresa una persona muy deseada y defendible, y no, como sucede aún hoy, que poco más o menos, se le considera “Persona non grata” en las reuniones y conversaciones sociales.
Algunos dirán que voy demasiado lejos. Si lo creen así, escuchen los telediarios, programas de entretenimiento o simples tertulias. Comprobarán que no se hace una defensa clara del empresario como de alguien que arriesga y crea riqueza. Casi siempre, se habla de él como de un explotador social. Es cierto que algunos abusan -y bastante- de la avaricia, pero la mayoría, como diría un castizo, “Curran que te cagas”.
Es posible que los defensores del mundo de la empresa quizá lo hagamos mal, y no sepamos explicarlo. Déjenme intentarlo una vez más.
Desde el año 1983 que llevo metido en esto, en todas las juntas directivas que he participado -y participo- son varias mujeres que participan en ellas, algunas como vicepresidentas. Quizá si al hablar del mundo de la empresa hablo de “Empresarias”, es posible que cambien muchas cosas.
Al frente de bares, restaurantes, comercios, taxis, etc. son miles las mujeres que en España se dejan los cuernos defendiendo su pan y el de sus familiares. Ellas sí que curran. Y no creo yo que antes de levantarse -muy temprano- por la mañana, estén pensando en aquello tan socorrido de “A quién exploto hoy”. No y mil veces no, lo que piensan es en como lo hacen cada día mejor y como llevan a su casa un sueldo, muchas veces hasta con doce horas de servicio en sus establecimientos.
¿Creen que si lo expongo así se ve mejor? Pues así lo expondré. Tenemos que defender a esas miles de mujeres empresarias que sin querer abusar de nadie, trabajan día a día por ser un poco mejores, y hacer un poco mejor a nuestra sociedad.
Puede que con la explicación anterior, en los libros de texto, si, si, en los libros de texto, en los medios de comunicación y en las simples conversaciones de bar, se cambie de mentalidad y se empiece a ver a las personas arriesgadas que quieren mejorar y no ser asalariados, como vecinos que no quieren fastidiar a nadie y que incluso tienen ilusión por mejorar los niveles de calidad, en todos los sentidos, de la sociedad en la que les ha tocado vivir.
Si lo creen conveniente, vamos a arrimar el hombro todos, un poquito. Con ello mejoraremos la visión que la sociedad española actual tiene del mundo de la empresa. Que, una vez más lo voy a dejar claro… Cuando hablamos en España de empresa no hablamos de Repsol ni de Telefónica, ni siquiera del banco Santander, que no… Cuando hablamos en España de empresa y de empresarios, hablamos del OCHENTA Y CINCO POR CIENTO DEL EMPLEO EN TODO EL ESTADO, y este, lo proporciona la pequeña y mediana empresa. Empresas que ocupan a no más de diez trabajadores, o a no más de cincuenta..
Los que están al frente de ellas son gente como Vd. y como yo, que abren sus negocios, los cierran, están muchas más horas que nadie al frente de ellos. Sufren como cualquiera los vaivenes económicos, y además… puede que ellas no se puedan permitir estar de tres a seis meses de baja cuando conciben y paren un hijo.
Es posible que comprendiendo a las muchas mujeres, que por suerte tenemos en España ejerciendo de empresarias, se comience a ver, un poco mejor, al mundo de la empresa y de los empresarios.
Eso… eso… piensen en las empresarias.
Carlos Gonzàlez-Teijòn es mediador profesional y escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, y El club del conocimiento, así como “La guerra de los dioses” de reciente publicación.